
Un paseo exclusivo por el París de la moda
- Publicado por Juan Manuel Baixauli
- El 03/10/2013
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- compras, lujo, moda, París, tiendas
Por mucho que la visite, París siempre logra sorprenderme. Y es que esta ciudad admite todas las facetas que caben en nuestra imaginación. Más allá de su patrimonio arquitectónico, sus museos o sus edificios emblemáticos, hoy os quiero llevar al París más exquisito y exclusivo: un recorrido especial por la alta costura parisina. Y es que, aunque todos sabemos que París ha sido y es la capital de las firmas de vanguardia, el icono de la elegancia y la cuna de los mejores diseñadores internacionales, en pocas ocasiones tenemos la oportunidad de recorrer “su corazón de la moda”.
Le Bristol, una joya de hotel
El día que me alojé en el Hotel Le Bristol de París conocí la elegancia francesa en su máximo esplendor. El majestuoso hall de entrada es tan impresionante como las habitaciones que alberga, amplias y luminosas al más puro estilo del s. XVIII. Le Bristol cuida hasta el más mínimo detalle, desde el SPA tallado en madera de barco, el jabón de manos marca Hermés o la bollería casera para el desayuno. No en vano, he de deciros que este hotel es el único que tiene como mínimo una estrella Michelín en cada una de sus cocinas. En su caso acumula un total de cuatro.
Así que para recorrer el París refinado que tanto me apasiona, Le Bristol es sin duda nuestra mejor opción. Un verdadero hogar capaz de cumplir las más elevadas expectativas y, además, situado a un paso de las boutiques y firmas de diseño internacional más exclusivas. Le Bristol es un lugar para disfrutarlo sin prisa, un verdadero oasis entre la frenética vida de la capital. Os invito a que leáis el periódico en sus jardines y patios, relajaros en el SPA sobre los tejados de París y que saboreéis cada uno de sus excelentes restaurantes.
El triángulo de oro
La alta costura y la alta joyería francesa forman parte del patrimonio de París. Como amantes de la moda y las grandes firmas de lujo, no hay nada como adentrarse en el verdadero triángulo de oro de la capital que dibujan las avenidas Montaigne, George V y los famosos Campos Elíseos. Todo muy cerca. En la avenida Montaigne la concentración de boutiques de lujo es extraordinaria: Gucci, Chanel, Dior, Prada, Fendi… sin contar con la cantidad de firmas que invaden las calles adyacentes, como el impresiónate edificio de Jean Paul Gautier o de Givenchy en la avenida George V. En los Campos Elíseos no podemos dejar de visitar la tienda insignia de Louis Vuitton. Solo pasear por estas calles y avenidas con sus escaparates es una auténtica experiencia.
Ah ¡! Y como necesitaréis coger energía, os propongo hacer un alto en el salón de té de LaDurée, justamente aquí, en la avenida George V. Todo un icono parisino del que no os debéis marchar sin probar sus deliciosos macarons.
Entre secretos y vanguardia
Continuando por la Rue du Faubourg Saint Honoré, nos adentramos en el sueño de las marcas más selectas a nivel mundial. Y yo no pude evitar detenerme en Colette, probablemente el concepto de tienda más vanguardista de Europa. Vale la pena entrar, aunque solo sea para curiosear las últimas tendencias que nos sorprenderán la próxima temporada.
Si queréis incorporar a este apasionante recorrido las grandes firmas de la alta joyería francesa, como Cartier o Boucheron, hay que adentrarse En Rue de la Paix y la Plaza Vendôme. Las tiendas ocupan la planta baja de sus edificios, mientras que las plantas superiores están reservadas para los talleres de diseño. Hacer una vista os permitirá conocer el secreto que se esconde detrás de todas y cada una de sus piezas.
La cena, un broche perfecto
Después de un día tan intenso, la cena pondrá el merecido broche de oro a nuestro recorrido. Y aunque el servicio de restauración del Hotel Bristol es excelente (seguramente tendréis ocasión de disfrutarlo durante vuestra estancia) prefiero sugeriros una escapada a un lugar acogedor, un rinconcito sereno, agradable y gastronómicamente muy interesante. En parís hay en torno a 90 estrellas Michelín distribuidas entre sus restaurantes, y entre ellos se encuentra Apicius, una mansión histórica y señorial del s. XIX de la firma Relais & Chateaux, custodiada por unos magníficos jardines a pocos pasos de los Campos Elíseos.
Apicius es más que un restaurante, es un lugar de ensueño con un servicio impecable y una cocina exquisita. Es fácil enamorarse de su propuesta culinaria y de su decoración, en la que mezcla antigüedades con obras de arte. El chef y dueño del local, Monsieur Vigato, ha convertido está mansión en un lugar familiar, inspirado en la cocina tradicional, platos cocinados a fuego lento y los mejores productos del mercado. Cada mañana recibe langostinos, aún vivos, de la Bretaña francesa. Te recomiendo probarlos: son una delicia para el paladar y la culminación perfecta para un viaje con estilo y buen gusto.
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