
¡Todos al tren! El norte de España a bordo del Transcantábrico
- Publicado por Juan Manuel Baixauli
- El 20/01/2014
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¿Puede la travesía del viaje llegar a ser tan maravillosa como el propio destino? Subid conmigo al Transcantábrico Gran Lujo, un ferrocarril turístico que recorre durante ocho días y siete noches la fascinante costa norte de España. Pocos españoles saben que tenemos uno de los trenes más lujosos del mundo, pero cientos de extranjeros lo eligen todos los años para vivir una experiencia ÚNICA.
Cuando viajamos en avión o hacemos escapadas relámpago no solemos prestar atención al recorrido, al paisaje que galopa a nuestro lado. Sin embargo, ésta es la filosofía que adopté cuando tuve la oportunidad de pasar una semana en el Transcantábrico Gran Lujo, un recorrido a través de las montañas, valles, acantilados y playas de nuestra costa Cantábrica, desde San Sebastián hasta Santiago de Compostela.
Tres razones para que te acomodes sin dudarlo en este magnífico tren turístico: disfrutarás de los impresionantes paisajes y ciudades que atesora el norte de nuestro país; enloquecerás con la gastronomía de toda la zona y, no menos importante, viajarás sin tener que hacer y deshacer maletas… ¡eso ya es otro lujo!
¡Todos al tren!
Mi viaje arrancó desde San Sebastián, ciudad marinera por excelencia y una de mis preferidas de España. Mi consejo: sorpréndete con cada rincón y no te marches sin dar un paseo por la Playa de la Concha. Y no olvides coger fuerzas en una de las barras de pescadito fresco en la calle de La Pescadería, en el centro de la ciudad.
Ya subido en el Transcantábrico, recuerdo que la primera cena se sirvió mientras llegábamos a Bilbao. Las mesas están en los vagones junto a sus enormes ventanales. Simplemente hay que dejar que el paisaje transcurra a nuestros pies mientras saboreamos la cena. Todo en sí es una vivencia ÚNICA.
Vagones equipados hasta mínimo detalle
Si algo define a este tren turístico es su extremo cuidado de todos los detalles. Poco a poco fui descubriendo el Transcantábrico y es sencillo acomodarse: las habitaciones son amplias y las camas llenas de almohadones frente a la ventana que muestra el paisaje, el gran protagonista.
Hay coches-salón originales de 1923, una joya conservada únicamente para este tren donde se sirven desayunos a la carta y algunas comidas. Tiene un coche para salón de té donde puedes relajarte, leer un libro o jugar a un juego de mesa, un coche con vista panorámica para deleitarse con el paisaje y también un coche-pub con pista de baile.
Sumergido en el viaje
El tren avanza por la cornisa Cantábrica a unos 45 kilómetros por hora, la velocidad ideal para contemplar la grandeza del paisaje, y permanece parado durante las noches para que los huéspedes no perdamos ni un solo detalle.
Bilbao, Santander, las Cuevas de Altamira en Santillana del Mar con su precioso casco histórico medieval, Ribadesella en Asturias, Oviedo, los Picos de Europa con sus lagos y el Santuario de Covadonga… son solo algunos de los enclaves que puedes visitar. Además en cada visita hay guías y autocares a nuestra disposición para aprovechar al máximo las visitas y el entorno.
El camino serpenteando los Picos de Europa es una verdadera maravilla. Habiendo dejado atrás Ribadesella, el tren comienza a ascender en altitud entre el macizo montañoso y la bruma. A poco más de mil metros de altura se puede disfrutar del lago más grande de Covadonga que, con un generoso solomillo regado con buen vino, es como estar en el séptimo cielo.
Sidra y mar enfurecido
Dejando atrás las cumbres, el tren se dirige hacia Gijón y Luarca, una encantadora población en la costa de asturiana de donde no debemos irnos sin saborear unos cuantos vasitos de auténtica sidra.
La siguiente parada es en Galicia, en la localidad de Ribadeo, donde nos recibe una espectacular playa repleta de peñascos en forma de picos y arcos. Un paisaje que se antoja fantasmagórico al lado del mar enfurecido. Y tras la última noche cerca de las playas de la Mariña, el tren se dirige a Ferrol hasta llegar a la emblemática Santiago de Compostela.
Por mucho que conozcamos España, siempre puede sorprendernos con míticos rincones y más aún si decides correr la aventura del Transcantábrico Gran Lujo, donde la naturaleza se cuela en los mismos vagones para envolverte con su paisaje sublime. Un viaje para encontrarte con los auténticos sabores de la cocina española y para disfrutar de sus paisajes más verdes que quedarán grabados en tu memoria para siempre, igual que se han quedado en la mía. ¿Subes conmigo al tren?
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