
Nusa Dua, Bali
- Publicado por Juan Manuel Baixauli
- El 05/05/2017
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THE LAGUNA HOTEL
La Isla de Bali, de la que seguramente sí que tendrás una imagen, más conocida por la belleza de su vegetación y sus playas. Es aquí uno de los lugares donde el turismo español ha frecuentado, pero aun así, es un destino que no debo obviar.
Dentro de la isla, en la parte sur se encuentra Nusa Dua, sencillamente encuentras un agradable paisaje de arena blanca y aguas cristalinas, es sencillamente por ese motivo, los mejores alojamientos se encuentran aquí, es el lugar especial de la isla. Una zona relajada que parece haber sido ideada para desconectar bien sea en pareja o en familia. Aunque te aconsejo visitar lugares como Batur o Ubud, para adentrarte más en la realidad de la isla.
Visitar sus templos, su arquitectura local, recorrer sus paisajes, salir de compras o acercarte una noche al Nikki Beach Bali, el club más de moda en Bali, con un precioso toque Balinés y con la belleza del mar de fondo, son muchos los planes que te esperan en la isla. Una auténtica postal.
Y como quiero seleccionarte un alojamiento, nos vamos al Laguna Hotel, frente a una playa perfecta, repleto de actividades si lo deseas, piscinas en laguna, actividades náuticas, tenis, spa, gimnasio… no le falta detalle. Las piscinas, en formato laguna ocupan 5.000 metros cuadrados, rodeadas de jardines tropicales perfectamente cuidados e integrados. Tiene una gran variedad de habitaciones que resulta fácil encontrar la que se adapte a ti, hermosos jardines, decoración balinesa, es como si estuvieras perdido dentro de él.
Los restaurantes abiertos como el Arwana, sobre la arena y con platos de pescado y marisco espectaculares o los sabrosos cócteles del Sappire Lagoon Bar o del Lounge y bar Cascade Garden. Hay otros más y sería indescriptible tratar de explicar, sino es con imágenes, como cuidan el ambiente, la decoración, la iluminación. Hay una especie de kioskos frente al mar para disfrutar de una comida romántica. Un sitio que te atrapa y te hace desear quedarte para siempre.
Un artículo de Juan Manuel Baixauli
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